Martes Dry – Cine Coctel – Mi Querida Señorita (2007) de Jaime de Armiñan (92′) – Rusia
Aprovechamos la Semana del Orgullo en Lavapiés para la proyección de una de las películas más famosas de Jaime de Armiñan, Mi querida señorita, nominada al Oscar a Mejor Película No Inglesa en 1972, y en la que nos regala un papel de tintes más dramáticos, el de Adela, una mujer provinciana con un peliagudo conflicto de identidad.
Porque para López Vázquez no resultó fácil aceptar un papel en el que tenía que meterse en la piel de una madura solterona, Adela Castro, aquejada de dudas sobre su auténtica identidad. “Estaba muy asustado con el personaje. Lo pasó muy mal. Era el mes de agosto, llevaba un corsé y teníamos que afeitarle constantemente. Además quería que le pusiéramos una señora para varias escenas. Aunque al final fue todo trabajo de José Luis”, apuntó Armiñán.
Y es que, por primera vez, el actor se enfrentaba a un personaje alejado del arquetipo de masculinidad que hasta entonces había solido interpretar para dar vida a una mujer provinciana y religiosa que se afeitaba todos los días y se sentía atraída por su criada Isabelita. Un papel con fuertes aristas dramáticas pero que, al mismo tiempo, evocaba ternura y a veces comicidad en el espectador y al que López Vázquez supo dar el tono equilibrado.
“Éramos conscientes de que el público se podía reír y queríamos que se riera en ciertos momentos que eran para reírse”, subraya Jaime de Armiñán en otra de sus intervenciones durante el coloquio. “El problema habría sido que se rieran cuando no lo teníamos previsto”, añadió entre risas.
Y es que la ligera trama de travestismo presente en Mi querida señorita resultaba un tanto arriesgada para aquella época del tardofranquismo donde todavía había que esquivar a los censores. Una vez pasado el filtro, la película tuvo un gran éxito como rememora Julieta Serrano, la actriz que interpretaba a Isabelita. “Me preguntaban por la calle: ¿usted lo sabía o no lo sabía?” refiriéndose a la identidad de Adela una vez se convierte en hombre. Fue, verdaderamente, un rodaje exitoso que además recuerda con cariño: “No te escuché ni un solo grito durante el rodaje, Jaime. Pero… ¡comimos un montón de magdalenas!” señaló riendo en alusión a una de las escenas de la película.
(Fuente: http://www.aisge.es/coloquio-sobre-mi-querida-senorita)